Placeres Ocultos by Desiree Esteban

Placeres Ocultos by Desiree Esteban

autor:Desiree Esteban [Esteban, Desiree]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: love_erotica
ISBN: 5705547533428
editor: www.papyrefb2.net
publicado: 0101-01-01T00:00:00+00:00


CAPÍTULO 19

Dos días habían pasado de aquella lujuriosa tarde con Jean. Un día que Chace Harrows me violó.

La pastilla venía presentada en una caja, plastificada en medio de una pieza extra-grande de plástico plateado. Apreté la burbuja y la pastilla cayó en la palma de mi mano. Temerosa de que se cayera al suelo y tuviera que comprar otra (con el dinero que hubiera tenido que pedir a mi madre) me la tragué de un golpe y di un sorbo de agua. Ya está. El tipo de planificación familiar decía que era más o menos infalible. Haber terminado en los brazos de los Harrows había resultado mucho más caótico que cómo me imaginé desde un principio sólo con Chace. Ya no quedaba ni rastro de mi plan, todo se salió por los bordes. Ahora estaba metida en un problemón (mirase por donde se mirase), podría olvidar muchas cosas en mi vida. Como por ejemplo a mi último novio que me partió el corazón, mi mayor borrachera, suspender tres asignaturas...pero no un delito sexual como aquél.

No concilié el sueño la misma noche del abuso. Tuve en mis manos el móvil para contactar con Jean con sólo apretar un botón. Pero no lo hice. Lo único que pude hacer para tranquilizarme frente a otra posible preocupación más en mi vida, lo había solucionado en menos de media hora. Había evitado una visita al médico, una receta y lo que me quedaba de ahorros gracias a la pastilla del día después. Un verdadero cabrón que podría haber sido padre desaparecido en combate, aunque nunca hubiese querido que intentara contactar conmigo. Jamás; le vomitaría en la cara si me lo topara de nuevo. ¿Lo haría? ¿Delante de casi todo el instituto? Maryna Sparks era capaz de eso y mucho más.

─¡Vamos Maryna! ─ gritó mi madre.

─ ¡Ya voy, ya voy!

Destrocé el cartón hasta que sólo quedó una masa mojada de papel y lo arrojé el retrete, donde se deshizo. No podía arriesgarme a que mi madre se diera cuenta de mi susto. Saber que yo había tenido otros encontronazos con subnormales sólo agravaría lo que le pasó a mi madre cuando mi padre nos abandonó cuando tenía seis años. Ella me esperaba sentada en la mesa de la cocina, con la pasta todavía humeante en los dos platos. Habían vuelto a darle el día libre en el trabajo, lo cual quería decir que me esperaba una conversación.

─ Bueno. ─ cogió una servilleta con cierta parsimonia. ─ ¿Cómo te va el curso y todo en general?

Decidí no mentir, pero tampoco decirle la verdad. Pinché la pasta pensativamente.

─ El curso va bien, pero en otras cosas no tanto.

─ ¿Es por aquél chico?

Notaba su mirada en mí, pero yo me limité a suspirar, permitiéndome un momento de debilidad. No tenía que convencer de nada a mi madre.

─ Es algo relacionado con él.

Más bien era su primo.

─ ¿Sigue tratándote mal?

─ No, no se trata de eso...

Ella seguía observándome, esperando pacientemente a que siguiera. Pero me sentí como si forzara mis respuestas con un sacacorchos, respuestas que ni siquiera yo quería encarar.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.